Muchas son las personas que llenan sus despensas con grandes cantidades de bebidas isotónicas tipo (gatorade, isostar, etc).
La mayoría limita su uso a la actividad física y lo adecúa a la cantidad y calidad del entrenamiento.
Es muy útil y beneficioso el consumo de este tipo de bebidas con fines tales como la hidratación y reposición de minerales y sales durante la actividad física.
Sin embargo, existe una cantidad no desdeñable de personas, incluso algunas no deportistas, que son consumidores habituales de tales compuestos isotónicos, acompañándoles en sus quehaceres particulares y personales diarios.
Comen con ellos de manera habitual, lo utilizan para beber ya desde el desayuno, sustituyendo incluso a los propios zumos de fruta…
Hemos de saber que su composición (Hidratos de Carbono, Sodio, Potasio y minerales) les convierte en fórmulas peligrosas para ciertos perfiles de personas:
Por su contenido en sales: Es un riesgo importante para aquellos que padecen problemas de hipertensión, cuando se ingieren de manera intensa durante toda la jornada. Por el mismo motivo, está contraindicado para personas con insuficiencia renal. De igual modo, aquellas personas propensas a los cálculos renales deben limitar de manera muy importante su ingesta.
Por su contenido en Hidratos de Carbono: Aquellas personas que están preocupadas por su peso, y que desean reducir su porcentaje graso, han de limitar también, el suministro de este tipo de bebidas.
En caso de duda, lo mejor es acudir a la etiqueta de cada bebida isotónica, así como a las bebidas energéticas que podemos encontrar en el mercado.
Tanto unas como otras especifican en el listado de ingredientes su composición, así que no es difícil verificar qué es lo que nos aporta cada una de ellas, antes de su consumo.
La mejor bebida para acompañarnos durante la actividad personal y profesional fuera del ámbito deportivo es, sin lugar a dudas, el agua.
@jmovellan
