En el mundo del ciclismo y otros deportes de resistencia, los atletas siempre buscan formas de mejorar su rendimiento. En los últimos años, los inhaladores de monóxido de carbono (CO) han aparecido como una herramienta controvertida en este ámbito. Su uso promete un aumento en la capacidad física, pero plantea preguntas importantes sobre su eficacia, seguridad y ética.
En estas líneas vamos a explorar todo lo que necesitas saber sobre este tema, con base en evidencia científica y opiniones de expertos.
Qué son los inhaladores de monóxido de carbono
Los inhaladores de monóxido de carbono son dispositivos diseñados para suministrar pequeñas dosis de este gas al organismo. El CO es un gas incoloro y tóxico que, en concentraciones controladas, puede tener efectos fisiológicos específicos. Aunque esta sustancia es conocida principalmente por sus peligros en ambientes contaminados, su aplicación en microdosis ha sido estudiada en contextos médicos y deportivos.
En el deporte, el objetivo principal de estos inhaladores es aumentar la eficiencia en la entrega de oxígeno a los músculos mediante la manipulación de la hemoglobina. Sin embargo, su mecanismo de acción sigue siendo debatido dentro de la comunidad científica.
¿Con qué fin se utiliza?
El fundamento detrás del uso de monóxido de carbono en el deporte radica en su interacción con la hemoglobina. Cuando se inhala en pequeñas cantidades, el CO se une a la hemoglobina, formando carboxihemoglobina. Este proceso desplaza al oxígeno en los glóbulos rojos, pero también puede desencadenar una respuesta adaptativa en el cuerpo. Algunos estudios sugieren que esta adaptación podría mejorar la capacidad del organismo para transportar oxígeno bajo condiciones de esfuerzo físico.
Según un estudio publicado en Frontiers in Physiology en 2021, la exposición controlada al CO puede estimular la producción de eritropoyetina (EPO), una hormona que aumenta la producción de glóbulos rojos. Esto podría beneficiar a los deportistas de resistencia al mejorar su capacidad aeróbica. Sin embargo, la evidencia aún es limitada, y los efectos varían según la dosis y la duración de la exposición.
Estos son los beneficios potenciales para el rendimiento deportivo
Los defensores de los inhaladores de monóxido de carbono destacan varias ventajas potenciales. Entre ellas, una mejor oxigenación muscular, mayor resistencia en pruebas de larga duración y una recuperación más rápida tras esfuerzos intensos.
Un estudio de 2019 realizado por la Universidad de Colorado encontró que algunos atletas reportaron una mejora en su percepción de esfuerzo y un aumento marginal en su rendimiento en pruebas de contrarreloj de ciclismo. Sin embargo, estos beneficios no fueron similares y dependieron de factores individuales como el nivel de entrenamiento previo y la tolerancia al CO.
Riesgos y efectos secundarios asociados
A pesar de las supuestas ventajas, el uso de monóxido de carbono en el deporte está lejos de ser seguro. Los riesgos asociados incluyen mareos, náuseas, pérdida de conciencia y, en casos extremos, daño cerebral o incluso la muerte por intoxicación.
Además, la formación de carboxihemoglobina reduce la capacidad del organismo para transportar oxígeno, lo que puede provocar hipoxia en tejidos vitales. Según el Dr. Michael Joyner, experto en fisiología del ejercicio de la Clínica Mayo, «el margen entre una dosis ‘segura’ y una dosis tóxica de monóxido de carbono es extremadamente pequeño, lo que convierte esta práctica en algo inherentemente arriesgado».
La comunidad científica está dividida respecto al uso de inhaladores de monóxido de carbono. Mientras que algunos investigadores ven un potencial interesante, muchos otros advierten sobre los peligros y la falta de evidencia concluyente.
Un análisis publicado en ‘Sports Medicine’ en 2022 concluyó que, aunque las microdosis de CO pueden ofrecer beneficios en entornos controlados, los riesgos superan cualquier posible mejora en el rendimiento. Además, los estudios a largo plazo sobre los efectos del CO en atletas son prácticamente inexistentes, lo que dificulta evaluar su seguridad en el tiempo.
¿Cómo es la legislación y uso ético en el deporte?
El uso de monóxido de carbono en el deporte plantea serias cuestiones éticas y legales. La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) no incluye actualmente al CO en su lista de sustancias prohibidas, pero esto podría cambiar si se demuestra su capacidad para mejorar el rendimiento de manera significativa.
Desde un punto de vista ético, muchos expertos argumentan que su uso contradice los principios de juego limpio y pone en riesgo la salud de los deportistas. En deportes como el ciclismo, donde las políticas antidopaje son estrictas, la introducción de esta práctica podría abrir la puerta a un nuevo tipo de controversias.
Alternativas más seguras para mejorar el rendimiento
Afortunadamente, existen muchas formas más seguras y éticamente aceptables de mejorar el rendimiento deportivo. La optimización del entrenamiento, una nutrición adecuada y técnicas de recuperación basadas en evidencia, como la terapia de frío o la hipoxia intermitente, ofrecen beneficios comprobados sin los riesgos asociados al monóxido de carbono.
Por ejemplo, los entrenamientos en altitud simulada, que inducen hipoxia controlada, han demostrado ser efectivos para aumentar la producción de EPO y mejorar el rendimiento en deportes de resistencia. Estas alternativas cuentan con un respaldo científico mucho más sólido y carecen de los peligros inherentes al uso de gases tóxicos. Si quieres seguir entrenando, sea cuál sea tu objetivo, durante los meses de invierno, BKOOL es la respuesta.
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