Son pocos los que en verano no se preocupan de hidratarse correctamente. El calor acentúa la sensación de sed y el sudor nos recuerda que tenemos una gran pérdida de líquidos en nuestro organismo, ¿pero en invierno te hidratas bien?
La perdida de líquido por nuestro organismo es permanente y mucho más importante de lo que pensamos, incluso para una persona sedentaria. Solo con la orina y la humidificación del aire que respiramos hace que la perdida sea de unos 2 litros diarios.
¿Cómo puedo saber si estoy bien hidratado?
El mejor indicación de nuestro estado de hidratación es el color de la orina. Esta debe ser clara y no amarillenta. Hay casos muy especiales como cuando terminamos un entrenamiento intenso.
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Hoy no hace mucho frió pero salgo de largo para ir afinando
Todavía hoy te encuentras con cierta frecuencia esta frase tan conocida en el mundo ciclista, incluso muchos presumen de salir de largo en día en lo que todo vamos de corto. Pensad por un momento en la relación que puede tener el agua y la grasa corporal. Todos sabemos que nuestro sudor tiene un gusto saldo y que por nuestros poros no sale más que agua con sales minerales. ¿Dónde está la grasa?
Cuando salimos más abrigados de lo que es necesario, o incluso llevamos chubasquero para provocar todavía más la sudoración lo único que conseguimos es que el organismo se deshidrate y que disminuya nuestro rendimiento por esa falta de líquidos y por un trabajo extra que tiene que hacer nuestro cuerpo para poder hacer frente al exceso de calor.
Malos compañeros
Los receptores que nos avisan de la falta de líquido se hacen menos sensibles en invierno como consecuencia de la sensación de frío, la lluvia o la humedad. Por ese motivo, durante nuestros entrenamientos, debemos de beber antes de tener la sensación de sed.
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Beber en abundancia, pero con medida
Se recomienda beber entre 2 y 3 litros de agua diarios, pero para este cálculo debemos de incluir el agua que ingerimos en alimentos como la fruta o en otras bebidas como el café, leche, etc. La mejor forma de saber si estamos bien hidratados es el color de la orina, como hemos comentado anteriormente.
Un exceso de ingesta de agua puede ser tan perjudicial como no beber nada. Esto se conoce como potomanía y puede producir una pérdida de nutrientes a nivel sanguíneo y provocar calambres, mareos, ganas de vomitar y dolor de cabeza.
buen articulo si señor, menudo rampazo me pego a mi el otro dia el gemelo de tanto sudar y creo que mi fallo fue ir poco hidratado…..jejejeje aprendemos a base de guantazos…