¿Te has preguntado alguna vez por qué merece la pena trabajar por vatios? Esta semana exponemos las 5 principales razones, aunque pueden haber muchas más, por las que el uso del potenciómetro toma el protagonismo cuando lo quieres entrenar con precisión y máxima eficacia
En los últimos años los medidores de potencia están afianzándose en el mercado como los dispositivos ideales para aquellos ciclistas que quieren entrenar con mayor precisión. Sin embargo, aún hoy en día existen quien duda o no tiene claras las ventajas de la medición de la potencia respecto al uso de la frecuencia cardíaca como, todavía, el método más usado de control de nuestra actividad sobre la bicicleta.
Para conocer las mejoras que supone el uso de un potenciómetro en el control de la intensidad, y el rendimiento, hemos escrito este texto en BKOOLers. Dicho esto, debemos aclarar que no pretendemos presentar el uso del medidor de potencia como el sustituto definitivo el pulsómetro. Los vatios nos dan una información más precisa, sin duda, pero el pulso nos aporta también un feedback que en ocasiones nos ayuda a interpretar la información que ofrece la potencia, por tanto, son dos parámetros que se pueden complementar a la perfección.
1-Potencia = trabajo físico
Hablar de potencia es lo mismo que hacerlo del trabajo físico que tus piernas generan sobre los pedales. Cuanta más trabajo, en definitiva potencia, mayor rendimiento estás manifestando. Esto contrastra con la medición de la frecuencia cardíaca, con la que no medimos nuestro rendimiento, sino la reacción cardiovascular a ese trabajo físico que realizamos y que con la potencia medimos de manera directa.
2-Laboratorio rodante
Saber en todo momento cual es tu rendimiento físico, como permiten los potenciómetros, hacen que los vatios generados en un mismo lugar (una subida, por ejemplo) sean una referencia de máxima fiabilidad para saber cual es tu verdadero estado de forma. Sin tener que hacer una prueba de esfuerzo en laboratorio, que sin embargo si que son útiles para aspectos relacionados con la salud. Además, una vez tienes la referencia de tu rendimiento en potencia, es muy sencillo cuantificar tus evoluciones de rendimiento o involuciones, si tu nivel de forma baja.
3-Comparaciones posibles
Si divides la potencia que generas por tu peso corporal podrás comparar tu rendimiento con cualquier otro deportista del que también conozcas ese dato de potencia relativa al peso. Así, un ciclista que en 10’ movilice 5,5 vatios / kg siempre irá más rápido que el que esté moviendo 5,3 vatios / kg. Esto permite mayores posibilidades de análisis y pronóstico de rendimiento con cualquier ciclista que use medidor de potencia. Qué vatios/kg debo movilizar para estar en cabeza, para superar a un contrincante? Esas preguntas pueden tener respuesta si usamos la potencia.
4-No condicionantes externos
Cuando medimos la frecuencia cardíaca a menudo observamos que ante una misma sensación de esfuerzo el pulso es sensiblemente diferente según el día. La frecuencia cardíaca está sujeta a diversos condicionantes externos como la cadencia, la deshidratación, la altitud, el stress o el nivel de entrenamiento, entre otros, Esto hace que en cuanto a referencia para conocer la intensidad del esfuerzo no sea del todo fiable. La potencia en cambio no tiene apenas condicionantes externos. Es mucho más estable y consistente y por tanto, una referencia fiable en el tiempo.
5-Inmediatez
Los potenciómetros captan al instante la potencia generada por el ciclista. Desde el primer segundo. Eso permite conocer nuestro rendimiento en esfuerzos cortos en tiempo real, algo que no es posible usando pulsómetros. Se ha demostrado científicamente que la frecuencia cardíaca necesita de 3 a 5’ para estabilizarse en un esfuerzo máximo para ese tiempo, así que cuando llega a su limite, hace ya mucho tiempo que estamos esforzándonos al máximo de nuestras posibilidades sin que tengamos la cifra que lo confirme. La información de pulso tiene un importante desfase que no nos da información en tiempo real en esfuerzos inferiores 4-5’.
