Decimos adiós a uno de los fundadores de BKOOL

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José Fernando García Checa

Hace unos días tuvimos que decir adiós a José Fernando García Checa, uno de los miembros fundadores de BKOOL y la persona que ideó este nuevo concepto de entrenamiento virtual.

Fernando fue un amante del deporte y en especial del triatlón y el ciclismo. Pionero en el entrenamiento virtual, en 2007 entendió que el deporte tal y como se conocía hasta entonces tenía que cambiar y aliarse con el mundo de Internet, que permitiría a los deportistas digitalizar su actividad, y compartirla con amigos de todo el mundo.

Con motivo de su despedida José Sancho, presidente de BKOOL, ha querido dedicarle estas bonitas palabras y compartirlas con todos vosotros:

«Conocí a Fernando en el momento de nuestras vidas en el que acababa nuestra etapa profesional en grandes empresas.

Durante meses, y junto con otros dos amigos que se encontraban en un momento vital similar, pasamos muchas horas y unas cuantas comidas perfilando lo que iba a ser nuestra siguiente etapa profesional.

Finalmente, cuando partió el barco, solo nosotros dos estábamos a bordo.

Resumiré el viaje de 15 años que hice con Fernando en tres etapas, dos de las cuales coincidieron en el tiempo.

Primero fue BKOOL. Se lo inventó Fernando en 2007 conectando ciclismo e informática. Fue pionero mundial. Uno de los que copió la idea, americano claro, es hoy un unicornio.

Aunque Fernando consiguió reunir un equipo humano extraordinario y materializó la idea en 2010, la geografía no estaba de nuestra parte, el ecosistema español de financiación y tecnología implicaba un hándicap considerable. Un par de veces ha estado BKOOL a punto de irse a pique. Fernando siempre estaba allí dispuesto a volver a ensamblar las piezas que quedaban y conseguir las que faltaban.

La segunda aventura fue Panda. Cuando la tomamos en 2012 estaba a semanas del naufragio y sin capitán a bordo. La gran capacidad de Fernando para encontrar las bases de diálogo con todos los implicados, Bancos, Administración Pública y trabajadores, fue decisiva. Volvería a haber otro momento crítico y Fernando volvió a tener, esta vez ya como CEO, un papel fundamental en su resolución.

Hablaba igual con el Consejo de Administración que con los empleados, encajaba del mismo modo los triunfos y los fracasos, arriesgó la riqueza ganada a lo largo de su vida a la suerte de nuestra singladura.

Quiero finalmente recordar los últimos cuatro años, cuando la enfermedad dio la cara. Ha sido entonces cuando se han hecho más evidentes los rasgos más humanos, si cabe, de Fernando, su capacidad de trabajo, inteligencia y fuerza. Hasta el último día de su vida.

Fernando fue no solo un amigo, también un modelo. La persona que más condiciones cumplía de entre las que Kipling versó para ser hombre.

Gracias Fernando.»

Compartimos con vosotros como despedida un poema de Rudyard Kipling que no podría describir mejor a un hombre de la talla de Fernando:

Si puedes estar sereno cuando en tu derredor

todo el mundo pierde la cabeza y te critica.

Si tienes en ti mismo una fe que te niegan,

sin despreciar las dudas que ellos tengan.

Si esperas sin desesperar.

Si engañado, no engañas.

Si no tienes más odio que el odio que te tengan.

Si eres bueno y sabio y no finges ser mejor de lo que eres.

Si sueñas y los sueños no te hacen esclavo.

Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.

Si te encuentras con el triunfo o llega el fracaso

Y a los dos impostores los tratas de igual modo.

Si eres capaz de hacer llegar la verdad que has hablado

retorcida por malvados para engañar a los tontos.

O Contemplar rota tu ilusión más querida.

Y parar y tornar a forjarla con herramientas melladas.

Si arriesgas en un instante y lleno de alegría

Tus ganancias de siempre a cara o cruz.

Y pierdes y comienzas de nuevo

Sin hablar nunca a nadie ni una palabra sobre tu pérdida.

Si logras que los nervios y el corazón te asistan

Aún después de su fuga de tu cuerpo en fatiga.

Y se agarren contigo cuando no quede nada porque

Tú lo deseas y lo quieres y mandas.

Si hablas con el pueblo y guardas su virtud.

Si marchas junto a reyes con tu paso y con tu luz.

Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.

Si todos te reclaman pero nadie te precisa.

Si puedes llenar los preciosos minutos

Con sesenta segundos de combate bravío.

Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella.

Y, lo que es más importante, ¡Serás hombre, hijo mío!

Descansa en paz Fernando.

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